miércoles, 12 de diciembre de 2012

Oposición/Poder Judicial



ALUMBRA UNA NUEVA
"UNIÓN DEMOCRÁTICA"

El busto del ex presidente Raúl Alfonsín de alguna manera, debía estar observando la escena entre confundido y dolorido.
En dependencias de la UCR, esa oposición a la que solamente la une el espanto se reunió para tratar de diferenciarse de la movilización alegre, festiva del domingo en respaldo al gobierno nacional.
Produjo un documento titulado pomposamente, "Compromiso democrático" que incluye "observar la Constitución Nacional", defender el "equilibrio de poderes" y resguardar la "independencia de la Justicia".
Allí estaban Binner, el procesado Macri, Barletta, Alfonsín, Cobos, Bullrich, Michetti, Amadeo, Ferrari, Prat Gay y otros dirigentes que se amontonan en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia para tener esos minutos de fama que les dispensa el grupo Clarín, tanto publicando en sus páginas sus declaraciones o llevándolos a los estudios de TN o de radio Mitre para que sean sometidos a esos reportajes a los que nos tiene acostumbrados el multimedio, complacientes, indulgentes, sin repreguntas. Como contrapartida, esos dirigentes saben bien cual es el comportamiento que deben tener y que discurso es al que tienen que recurrir, de claro alineamiento con los intereses particulares del grupo.
Un día despues de ese encuentro, muchos de ellos empiezan a preguntarse: que hacía yo ahí? Porque, claro, ya se escuchar algunos cuestionamientos en los mismos partidos que parieron ese documento.
El jefe de la UCR, Mario Barletta aclaró que la reunión no significa que irán "todos juntos" en 2013, mientras que Patricia Bullrich, que va a todos lados con su agrupación unipersonal "unión por todos" dijo que “es necesario sumar, construir, buscar aliados y trabajar en común”, recordando la performance electoral de la oposición el año pasado que "fue tan brutalmente negativa" para el sector.
Macri, en tanto, destacó que los "valores" incluídos en el documento "tienen que ver con nuestro futuro: el respeto de la ley, la independencia de los poderes, los valores democráticos, la decencia". Lo dijo un gobernante que vetó 107 leyes, muchas de ellas referidas a temas de inclusión social y respeto a los derechos humanos, que está procesado por ser jefe de una asociación ilícita que se dedicaba a espiar a ciudadanos y también por haber creado la UCEP, ese grupo de choque dedicado a desalojar con violencia y de madrugada a personas en situación de calle. Y, además, se da el lujo de hablar de "decencia" como si esta palabra no tuviera implicancias profundas en el ejercicio del poder. Tal vez no sepa bien cual es la verdadera acepción de ese término.
Julio Cobos, que pasará a la historia por haber traicionado el mandato popular que le fue conferido en 2007 cuando formaba parte del binomio con la presidenta Cristina Fernández, trató de despegarse del PRO, señalando que estaría más cómodo en una alianza con el socialismo, en tanto Barletta dijo que se quiso demostrar a la sociedad que "es posible el diálogo", aclarando que esto "no quiere decir que vamos a hacer un gran acuerdo".
Qué les impidió a estos dirigentes a estar el domingo en la plaza junto al pueblo celebrando los 29 años de democracia y el Día Internacional de los Derechos Humanos? Acaso pensaban que los iban a linchar, a insultar? Por qué muchos de ellos sí fueron a la marcha cacerolera del 8 de noviembre? Por qué se sentían parte de ella? O por qué ese día estaba la "gente" a la que el gobierno tiene la obligación de escuchar y el domingo había demasiado olor a pueblo?
Acaso esos dirigentes intentan alumbrar la "Unión Democrática" del siglo XXI, remedando aquella que en el `46 confrontó con el gral. Perón con la anuencia de la embajada de EE.UU. No recuerdan que la puja se dirimió en una pintada: Braden o Perón y el pueblo eligió con sabiduría y respeto de su propia dignidad.
La oposición debería dejar de seguir engañando a las personas que la apoyaron en 2011, de seguir recurriendo a los buenos modales, al "diálogo" y a esas formas casi cortesanas que tienen para hacer política. Solo está unida por su profundo rechazo al gobierno nacional y popular pero es incapaz de elaborar un programa que satisfaga las expectativas de quienes serían sus potenciales votantes. Se limita, con una pobreza de espíritu, a repetir los argumentos del grupo mediático que la usa para sus propios fines.
Los dirigentes que la conforman carecen de personalidad para sacarse de encima ese yugo; admiten su sometimiento sin ningún atisbo de rebelión, de respeto por la propia historia de muchos de los partidos que integran.
Se han entregado a ser una patética comparsa que acompaña la estrategia de confrontación de esa corporación. Pagaron con una enorme derrota electoral el año pasado, pero igual siguen tropezando con la misma piedra. Ni siquiera amagan con salirse del libreto. Son esclavos de un poder mediático que les hace hacer y decir lo que a éste le conviene.
El único argumento que podrán esgrimir es el de un sùpuesto intento re-reeleccionista de la presidenta para fortalecer alguna chance de cara al 2013. Es lo único que tienen para ofrecer.
El pueblo soberano decidirá, en el momento justo, si es preciso que haya una reforma integral de la Constitución para adecuarla a estos nuevos tiempos. Por otro lado, nada ni nadie me puede impedir que yo elija quien creo que es el candidato (en este caso la candidata) que mejor expresa lo que quiero para mi país. Yo quiero tener el derecho de elegir a Cristina, quiero que sea ese pueblo el que decida su continuidad y no unos cuantos burócratas que pretenden conculcar ese mi derecho.

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