jueves, 10 de enero de 2013

Buitres y Caranchos



UNA OPOSICIÓN
MEDIOCRE


La oposición a este gobierno es de una mediocridad que aterra. Se muestra incapaz de tener una estrategia más o menos inteligente para tratar de posicionarse frente a un electorado que deberá votar en octubre próximo en las legislativas.
Ayer fue un día que esa dirigencia pudo haber aprovechado. Pero, no. No fue a la ceremonia de recepción de la fragata Libertad, que había permanecido secuestrada en un puerto ghanés por disposición de un fondo buitre, para no quedar pegada a lo que suponía un acto oficialista. Una parte de esa misma dirigencia dijo que no fue porque se les avisó tarde por el martes.
Y esos dirigentes, dónde estaban? Tan lejos de Mar del Plata que no podían llegar a tiempo?
Y por supuesto que el gobierno aprovechó y se apropió del acto como hubiera hecho cualquier otro gobierno en una circunstancia parecida. Qué esperaban? Que Cristina agradeciera la gestión de Alfonsín, Binner, Macri, de Narváez, Pinedo o Bullrich para recuperar la fragata?
Muchos de estos políticos abogaban --instigados por los grupos mediáticos a los que rinden pleitesía-- por pagarle al fondo buitre que trató de adueñarse de esa nave. Incluso, propiciaron la creación de una suerte de "fondo patriótico" para juntar los 20 millones de dólares que era una especie de fianza para que Ghana dejara salir a la fragata, dinero que, obviamente, iba a las arcas de esos especuladores financieros. El intento fracasó estrepitosamente.
El gobierno optó por otro camino, el de la ley y entonces recurrió al Tribunal del Mar que le dio la plena razón y ordenó la inmediata liberación de esa nave insignia de la Marina.
Esa dirigencia es mezquina, medrosa, casi inimputable por la forma en que plantea su disidencia. El conflicto con ese fondo tiene que ver con la preservación de nuestra soberanía, de impedir la incautación de recursos que son de todos los argentinos.
El fondo buitre que tuvo un fallo favorable del juez buitre Thomas Griesa exigía un pago contado de 1.250 millones de dólares. Un tribunal superior rechazó ese fallo y puso las cosas en su lugar hasta fines de febrero cuando habrá una sentencia definitiva.
Pero volviendo a lo de ayer, fue un acto de reivindicación de nuestra soberanía, de nuestra dignidad como Nación.
La presidenta Cristina Fernández decidió rechazar exigencias inaceptables y buscar el amparo de la ley internacional. Y estuvo acertada. Allí está la fragata. Y no se pagó un solo peso para que estuviera donde está.--

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