EL PARO QUE LE
SIRVE A LA DERECHA
Los dirigentes sindicales Hugo Moyano y Pablo Miceli
preparan el paro y movilización del 20 de noviembre próximo. El camionero dijo
que no irá a la marcha que convocó su impresentable socio por conveniencia.
Miceli, cuya búsqueda de esos 15 minutos de fama lo
desequilibra, lo pone siempre al borde del ridículo, amenazó con que
cortará accesos a la ciudad y rutas para exhibir su presunto poderío y hacer
audible sus reclamos.
La medida de fuerza seguramente tendrá fuerte
repercusión mediática en los medios dominantes a los que les interesa fogonear
climas de zozobra social. Para eso alentaron la concentración del pasado día 8,
para inducir a pensar que una determinada cantidad de personas representa a
todo un pueblo. Entonces debe ser, a juicio de esos
medios, irremediablemente escuchada por la presidenta lo que significa que
debe cambiar de rumbo para atender esas quejas. De lo contrario, la República y
sus instituciones corren serios riesgos. El relato conspirativo es un verdadero
dislate.
Que piden aquéllos dirigentes? La suba del mínimo no
imponible del impuesto a las ganancias, la universalización de las asignaciones
familiares y un aumento de emergencia a los jubilados, demandas que son
atendibles.
En qué contexto las formulan? En uno en el que tenemos
que convivir con una crisis financiera mundial sin precedentes, con países
sometidos a brutales ajustes que están provocando enormes perjuicios a sus
clases trabajadoras que salen a las calles para pedir por trabajo y para evitar
que se profundice la precarización laboral y los salarios, además de otras
calamidades.
foto tallerlaotra.blogspot.com.ar |
Moyano, que asume su rol de solícito empleado del
grupo Clarín con tanto empeño, hace todo lo que le dicen que tiene que hacer y
entonces repite las mismas mentiras que afirman sus patrones.
Pero ninguno de esos dirigentes se pronunció por la
recuperación de la firma Zanón por parte de sus trabajadores o por la de una
empresa fideera acá en Junín que ahora está a cargo de una cooperativa de
laburantes.
Tampoco expresaron su alegría por la puesta en marcha
nuevamente de Paraná Metal y de la expansión de otras dos firmas, las tres
ubicadas en la provincia de Santa Fe que significan más producción y más
puestos de trabajo. Quizás no se enteraron de la realización de un acto
que contó con la presencia de la presidenta Cristina Fernández, la misma que
hasta hace poco más de un año recibía elogios del camionero.
Tampoco han salido a defender a los trabajadores de
prensa del Grupo Clarín que pasado mañana elegirá a su comisión gremial interna
en medio de la imposición de una política de terror por parte de esa
corporación.
Parece que estos no fueran temas de la incumbencia de
esos impolutos defensores de los trabajadores, preocupados por ser funcionales
a la derecha reaccionaria en este embate permanente al gobierno nacional y
popular.
Esa derecha, que en caso que algún día alcanzara el
gobierno, iría con todo para quitar derechos laborales y sociales, flexibilizar
el trabajo, producir despidos, bajar salarios y haberes jubilatorios, abrir la
economía y liberarla sin condiciones para recrear el modelo neoliberal que, o
casualidad, combatieron ambos en los `90.
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