miércoles, 24 de octubre de 2012

8 N



“MANUAL DE ESTILO" DE
LOS CACEROLEROS

Esta vez el mentado 8N no tiene nada de espontáneo. Los voceros de los caceroleros no podrán decir que la marcha prevista para ese día no está siendo minuciosamente organizada.
La vez pasada quisieron que todos creyéramos que la gente que se reunió en la plaza de Mayo lo había hecho sin ninguna convocatoria previa, como si todos hubieran recibido un mensaje del más allá para encontrarse en un determinado lugar a la misma hora.
Ahora, el acto opositor al gobierno está siendo planeado hasta en sus mínimos detalles.
En principio, los asistentes deberán usar pantalones oscuros y remeras blancas. Todos bien uniformados. Nada de ropas ostentosas o ir vestidos por reconocidos diseñadores. Ni mujeres luciendo tapados de piel. Recomiendan ir con calzado liviano, por si al gobierno se le ocurre reprimir y tengan que salir a las disparadas. Nada de exhicionismo que pueda herir la sensibilidad de aquellos que menos tienen. Al fin de cuentas, no se trata de un desfile de modas sino de una movilización para expresar rechazo a las políticas gubernamentales.
Tampoco deberán manifestar consignas agraviantes, injuriosas. Nada de hablar de la "yegua" ni de desearle la muerte a viva voz (no les está vedado pensarlo). Se trata de gente educada, respetuosa del pensamiento del otro, que no se desborda. Odio tienen los peronistas; ellos son equilibrados. Solo protestan y la protesta no puede estar penalizada.
Les está permitido llevar pancartas denunciando las supuestas atrocidades que comete el gobierno. Podrán saltar, bailar, gritar pero siempre dentro de un marco de tolerancia, sin exabruptos.
La última recomendación es: no hablar con la prensa. Porque si les ponen un micrófono adelante pueden salir palabras inconvenientes y eso no está bien, porque se trata de GENTE BIEN, recordemos esto. Como esto fue lo que pasó en la anterior movilización no quieren que se repita el error.
Si ven a un periodista de la TV pública, de Duro de Domar o de 678 o de algún otro medio que consideren es "oficialista" deberán señalarles que no van a hablar, pero nada de golpearlos, ni empujarlos ni insultarlos.
Además, no quieren que haya dirigentes de partidos políticos. La política es la causante de todos los males, entonces hay que repudiarla. Ellos son apolíticos; la política es para quienes quieren llenarse los bolsillos o propiciar planes sociales o adoptar medidas de inclusión. Ellos muestran empatía con el libre mercado y un Estado indiferente, pequeño, bobo si es posible.
La verdad que esta especie de "manual de estilo" para marchar es inédito. Marcos Aguinis, ese intelectual de la derecha reaccionaria, que comparó las movilizaciones de la Tupac Amaru con las juventudes hitlerianas podría hacer una analogía parecida.
Todos con uniformes, reclamos parecidos, no hablar con la prensa. Todo demasiado armado. Lo que antes tenía ese aire de estudiantina ahora parece estar más relacionado con una muchedumbre militarizada.
De todos modos, está bien que la GENTE BIEN se enoje, salte, grite, que algunos, en el colmo de la exasperación, pidan que se vaya la presidenta o añoren a la dictadura. Hay que comprenderlos. Están enojados y el enojo a veces hace que digamos cosas que, en realidad, no pensamos.
Los medios dominantes plantean toda esta movida como si se tratara de la toma de la Bastilla, de un episodio que modificará a fondo el curso de los acontecimientos. La sociedad se está expresando y hay que escucharla. Quienes vayan a la marcha son LA SOCIEDAD, son quienes tienen sentido común y no los mueve otro interés que defender a la República, a sus instituciones y a las libertades que imaginan en riesgo.
Pero, mal que les pese, al día siguiente el sol seguirá saliendo por el este, la presidenta continuará conduciendo los destinos del país y aquellos que sueñan con cambios extraños deberán aceptar que no podrán imponer las reglas de juego.
Estas reglas ya han sido puestas por una mayoría contundente el año pasado y este gobierno --aunque resulte ocioso señalarlo-- tiene mandato hasta el 10 de diciembre de 2015 y lo VA A CUMPLIR porque así funciona el sistema.
Quienes vayan a esa concentración tendrán que pensar --aunque no les guste-- que deberán formar un partido, elegir un candidato e ir a elecciones. Si ganan, tendrán la oportunidad de llevar adelante su plan de gobierno. No hay otro modo, aunque imaginen alquimias que el pueblo democrático no ha de tolerar.

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