martes, 11 de septiembre de 2012

EL VOTO A LOS 16



SÍ, QUE VOTEN
LOS CHICOS/AS



Por Luis Gramuglia
 

Cuanto más escucho  quienes se oponen a que los chicos/as de 16 puedan votar más me convenzo que el proyecto que les otorga ese derecho está bien, está en la dirección correcta.
Cuál es el temor que tienen algunos sectores de la oposición y  de ciertos medios hegemónicos de que esos jóvenes tengan la opción de votar por el candidato que prefieran?
En un programa de TV una periodista sostenía que 1 de cada 3 familias en las que habría chicos de esa edad reciben planes sociales.
La conclusión: que esos chicos, ante la posibilidad que sus padres pudieran perderlos, seguramente sufragarán por el oficialismo.
El llamado "gran diario argentino" aludió a la denominada "generación NI-NI" ni estudian ni trabajan que, de acuerdo con una lógica claramente discriminatoria, no estarían en condiciones de votar.
Algunos periodistas "independientes" hablan de que no tienen "cabeza" o se preguntan si están "mentalmente" preparados para ir a las urnas.
Todos prejuicios, intentos solapados de querer presentar a esa franja etaria como una manada de infradotados incapaces de tomar decisiones por su propia voluntad.
Y qué hay de los chicos que militan en centros de estudiantes o en partidos políticos? O que realizan tareas solidarias?
Es casi seguro que habrá jóvenes que no estarán interesados en ir a votar, porque tal vez no estén seducidos por la política o no los convenza ningún candidato.
Pero lo importante es abrir una puerta para que se involucren. La política es el instrumento para transformar un país. Si la política se  vincula con las necesidades populares es buena; de lo contrario, afecta los intereses de las mayorías.
Habría que señalarles a quienes les espanta la sola idea de que los pibes voten que hay muchos, incluso menores de 16 años, que trabajan en el sector rural lo que está prohibido por leyes y convenciones internacionales.
Esos chicos quizás no puedan concurrir a la escuela o jugar como cualquier otro. Tiene que ayudar a su familia en labores agropecuarias. La explotación infantil no es nueva y es una rémora que hay que erradicar.
Ampliemos derechos. Quiénes somos los adultos para decidir por los jóvenes si pueden o no hacer tal cosa? Hay adultos que carecen de información, repiten como loros consignas que les meten en la cabeza los grupos mediáticos, son reaccionarios, no piensan en el prójimo y sin embargo toman la libreta y van a votar. Muchos de ellos son los que expresan rechazo a este proyecto.
Creo que la inmensa mayoría de los argentinos vamos a acompañar esta iniciativa que, reiteramos, amplía derechos.
No seamos autoritarios; no pensemos que tenemos la verdad revelada.
Serán estos jóvenes quienes el día de mañana podrán ser concejales, diputados, senadores, intendentes, gobernadores o presidente de la Nación. El camino para aquellos que sientan esa vocación es persuadirlos de que la política no es una mala palabra, que es mejor tener esta democracia con luces y sombras que cualquier dictadura.--

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