miércoles, 26 de septiembre de 2012

CRIS



A QUIÉN LE TIENE QUE
CONTESTAR CRISTINA?

Los medios hegemónicos vienen insistiendo en que la presidenta Cristina Fernández no ha respondido a las demandas de los caceroleros; parece que, tozudamente, se niega a escucharlos a ellos, que serían la expresión del grueso de la población.
Se trataría de una actitud autoritaria de un gobierno que hace oídos sordos a reclamos tan sentidos por la sociedad como es el poder comprar dólares y viajar al exterior.
Parece que la presidenta es descortés con esos ciudadanos tan educados, tan espontáneos para reunirse en el mismo lugar y a la misma hora, sin ninguna muestra de estar fuera de sí, calmados, con consignas claras y precisas.
En realidad, lo de esos medios y sus voceros es un acto de inusual hipocresía. Qué esperan? Que Cristina agradezca que le hayan dicho "puta, chorra y montonera, "yegua" o que le hayan deseado la muerte? Que exprese su gratitud a quienes demandaron que se vaya?
Quienes aparecieron haciendo declaraciones brutales, llenas de odio, de prejuicios, discriminatorias no parecían carmelitas descalzas.
Eran la expresión de una parte de la sociedad que siente vulnerados su derecho a comprar dólares o a viajar al exterior lo que supone que el gobierno coarta su libertad. Acaso no vimos a ese joven gritando desaforadamente que está acostumbrado a viajar a Punta del Este y que ahora no lo podría hacer o a una mujer vociferando "agarrame esta" mientras que con una mano se agarraba los genitales en una muestra de educación y respeto inigualables.
No estaban en la plaza las svásticas, emblema del nazismo, a pocos metros el rabino Sergio Bergman del PRO y la defensora de los genocidas, Cecilia Pando?
 






















A quién o a quienes le tienen que responder la presidenta? A esos energúmenos gritones, violentos no en sus actos pero si en sus expresiones, que descalificaban, que pedían saltar para no ser "negro y K"?
La presidenta gobierna para esos individuos y para el resto de los argentinos. Si a cada manifestación tiene que haber una respuesta puntual de la jefa de Estado estaríamos en un asambleísmo poco usual en una democracia.
Cristina está poniendo en práctica el programa que votó el 54% de la población hace menos de un año. Por cierto, puede haber modificaciones en función de la coyuntura, pero de lo que se habló fue de profundizar el modelo.
Quienes demandan dólares para atesorarlos deben comprender que ese interés individual no puede estar por encima del interés colectivo. Quienes quieren viajar han podido y pueden hacerlo sin restricciones.
Alguien escuchó demandas vinculadas con la vulneración de derechos sociales, la falta de vivienda, el caótico panorama que se advierte en hospitales y escuelas de la ciudad, la trata de personas u otras calamidades que afectan a la ciudadanía.
De lo que se trata es de instalar que existe un régimen stalinista, donde el Estado se entromete en nuestras vidas, ve que hacemos, en que gastamos, como son nuestras relaciones.
Se ha dicho que esto es peor que la dictadura como si ese oscuro período de nuestra historia hubiera sido un tiempo de consensos. Resulta ocioso señalar que pasó en lapso, como se vulneraron los derechos humanos.
Por eso la comparación es insolente, inaceptable. Equiparar a este gobierno con una dictadura es un dislate que no resiste el menor análisis.
El 11 de octubre habrá otra marcha, esta vez protagonizada por la CTA de Pablo Micheli y la CGT de Hugo Moyano, dos dirigentes que iban por la calle y se encontraron en una esquina. Van por reivindicaciones como la baja del impuesto a las ganancias y el 82% móvil para los jubilados.
El camionero no se plegó al paro de Micheli pero anunció que enviará a sus muchachos a la movilización.
Micheli y Moyano buscan protagonismo a toda costa. Serán bienvenidos en los medios del Grupo Clarín donde podrán decir cualquier cosa sin ser interrumpidos. La repregunta no está en el "manual de estilo" del multimedios.
A esos también deberá responderles la presidenta?
Este modelo está en pugna con sectores concentrados de la economía con los que confronta en el marco de una crisis internacional de impredecibles consecuencias.
Las medidas que va adoptando tienen que ver con la dinámica de esa crisis. Se trata de preservar los puestos de trabajo y alentar el consumo como una forma de evitar el parate de la producción.
Difícilmente la nueva dupla sindical vea esto. Están cerrados a cualquier pensamiento que los aleje de su derrotero delineado claramente por grupos poderosos a los que les hacen el juego. Se obnubilan con los espacios que les brindan los medios gráficos y electrónicos del llamado periodismo "independiente". Son funcionales a sus mandantes que, por ahora, los trata con guantes de seda siempre y cuando hagan lo que les dicen.

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