"El modelo es una versión espantosa del
populismo", afirmó el director del diario La Nación, Bartolomé Mitre.
"El kirchnerismo es la forma actual del
populismo y el populismo es la puerta de entrada a la corrupción y a la
impunidad en la gestión pública", dijo el socialista Hermes Binner.
Vieron que
los extremos se tocan, que es "progresismo" banal, pour la galerie,
es funcional a la peor derecha, a los voceros más reaccionarios de este
espacio.
Mitre, en un
reportaje que le dio a la revista brasileña Veja, había dicho que "la
verdad es que este gobierno no es realmente peronista (...) La figura de Perón
desapareció el actual gobierno. Cristina habla si fuera Evita (...) No entiendo
muy bien la mente de Cristina, pero está claro que con esto ella busca apoyo
popular. El 'modelo' es una versión espantosa del populismo".
Binner, por
su parte, consideró que "el kirchnerismo es la forma actual del populismo,
y el populismo es la puerta de entrada a la corrupción y a la impunidad en la
gestión pública".
El Gobierno,
agregó, "defiende una concepción de la política, de la economía y de la
sociedad que se contrapone por principio a la concepción progresista que
sostiene" su espacio.
"El
populismo es la puerta de entrada a la corrupción y a la impunidad en la
gestión pública, porque subestima los controles y el apego a las normas, porque
confunde al Estado con el gobierno, al gobierno con el partido, y al partido
con las ambiciones particulares de sus miembros. Entonces vale todo, se
debilita la diferencia entre los bienes públicos y los privados y se empieza a
tejer una red donde los involucrados (por acción, miedo u omisión) levantan a su
alrededor una barrera de impunidad", afirmó.
Que Mitre se
exprese como lo hizo no llama la atención. Es el pensamiento de esa oligarquía
arcaica, retrógrada aunque poderosa, que cree que la Argentina ni siquiera
debería retornar a la década menemista sino que añora aquel país del
Centenario.
Pero Binner,
todo un socialista, un hombre tan "progre" que se refiera con tanta
ligereza al populismo lo convierte en un dirigente que deambula entre ser fiel
a su propia ideología o ponerse al servicio de esa derecha reaccionaria, infame
que no sólo está entre nosotros sino que abunda en otros países
latinoamericanos y que, precisamente, está dedicada a promover actitudes
destituyentes de gobiernos que estos dos personajes califican como
"populistas".
También nos refregó que en Ghana hay división de
poderes en alusión al diferendo por la retención indebida de la fragata
Libertad y dijo que como ese país forma parte de la Internacional Socialista su
socialismo había intercedido parece que con nulo éxito.
Hay que recordarle que muchas de las crisis que se
viven en Europa (España y Grecia, por ejemplo) han sido paridas por gobiernos
socialistas.
Basta Binner de amagar por izquierda pero salir por
derecha.
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