domingo, 20 de enero de 2013

Timón en buenas manos


CONFRONTACIÓN CON

LOS PODERES FÁCTICOS

 

 

La presidenta Cristina Fernández ahora --y antes Néstor Kirchner-- confronta con distintos sectores de los poderes fácticos.

Los medios de prensa hegemónicos --sostenes ideológicos y comunicacionales de la barbarie desatada por el Terrorismo de Estado--, corporaciones económicas, los fondos buitres, los sectores conservadores de la justicia, el patoterismo británico respecto de las Malvinas, las patronales agropecuarias son parte de la embestida que periódicamente realizan contra el gobierno nacional y popular.

Pero, qué pasa con las mineras, con Monsanto y con otros grupos que son tan expoliadores como aquéllos? Cuándo se los enfrentará?,preguntan algunos.

La sociedad argentina, en los `90, aceptaba mansamente una connivencia espúrea entre el Estado y empresas transanacionales que vinieron a devastar nuestra economía, precarizar el trabajo y hundirnos en la miseria. No había reclamo alguno, salvo algún voz que se levantaba en soledad para denunciar la entrega.

Ahora todos exigen. Y está bien que así sea. Tenemos que ser exigentes pero con mesura porque mucho se avanzó en estos 10 años en la lucha por recuperar la potestad del Estado para manejar la economía y restituir, además, el valor a la política.

Acaso el pago de la deuda con el FMI, los dos canjes de deuda, la estatización de los fondos de las AFJP, la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central, los cambios en el mercado de valores, la estatización de YPF, Aerolíneas Argentinas, Aysa no han sido jalones de una confrontación que parece no tener fin?

Frente a esta actitud firme, imaginamos que nos hubiera pasado si este gobierno que comenzó en 2003 no estuviera?

Alfonsín, Binner, Scioli, Carrió, Bullrich, Macri, Duhalde y tantos otros, lo hubieran hecho mejor? No, de ningún modo. Serían los representantes de la política de claudicación, los voceros del supuesto "aislamiento" de la Argentina que resolverían volviendo a las "relaciones carnales" con EE.UU., de dar marcha atrás con el proceso de integración latinoamericano, de suprimir el rol del Estado en la economía volviendo a la preeminencia de los mercados y el consiguiente endeudamiento.

Y esto lo culminarían con la "reconciliación" para terminar con esa mirada sesgada del pasado. Hubo una "guerra" con dos bandos que amerita el olvido, enterrar definitivamente esa horrible experiencia mediante la aceptación de responsabilidades compartidas. Esto dirían con la complacencia de la Iglesia y de los civiles cómplices de la tortura, la desaparición de personas, el asesinato, el robo de bebés.

No hay que mirar para atrás. Lo que pasó, pasó. Todos fuimos responsables, nos dirían esos exégetas de una forzada amnistía.

La Memoria, la Verdad y la Justicia sería definitivamente eliminada para dar paso a esa mentirosa reconciliación que pretende encubrir los crímenes de lesa humanidad cometidos por militares y civiles con la complicidad de la justicia, la Iglesia y cierto periodismo.

Este gobierno no es perfecto; adolece de defectos de los cuales nos hacemos cargo. Pero nadie puede decir que no gobierna en una dirección determinada. A quien no le guste el rumbo deberá esperar al 2015 para que un partido y un dirigente de su gusto lo cambie.

Mientras tanto, el modelo respaldado masivamente en 2011 debe seguir su derrotero lo que no significa que no haya que hacer correcciones para acomodarlo según los vaivenes de una situación internacional de crisis y muy volátil que impactó fiero en 2012.

Pero el timón estuvo en buenas manos que esperemos que más allá del 2015 conduzcan a la Argentina hacia un destino más venturoso. Falta mucho por hacer, muchos cambios que introducir, rescatar a miles de argentinos de la pobreza pero esto se hará a partir de una política virtuosa de inclusión social, mayor producción y más consumo.--

 

 

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