CONFRONTACIÓN CON
LOS PODERES FÁCTICOS
La presidenta Cristina Fernández ahora --y antes
Néstor Kirchner-- confronta con distintos sectores de los poderes fácticos.
Los medios
de prensa hegemónicos --sostenes ideológicos y comunicacionales de la barbarie
desatada por el Terrorismo de Estado--, corporaciones económicas, los fondos
buitres, los sectores conservadores de la justicia, el patoterismo británico
respecto de las Malvinas, las patronales agropecuarias son parte de la
embestida que periódicamente realizan contra el gobierno nacional y popular.
Pero, qué
pasa con las mineras, con Monsanto y con otros grupos que son tan expoliadores
como aquéllos? Cuándo se los enfrentará?,preguntan algunos.
La sociedad
argentina, en los `90, aceptaba mansamente una connivencia espúrea entre el
Estado y empresas transanacionales que vinieron a devastar nuestra economía,
precarizar el trabajo y hundirnos en la miseria. No había reclamo alguno, salvo
algún voz que se levantaba en soledad para denunciar la entrega.
Ahora todos
exigen. Y está bien que así sea. Tenemos que ser exigentes pero con mesura
porque mucho se avanzó en estos 10 años en la lucha por recuperar la potestad
del Estado para manejar la economía y restituir, además, el valor a la
política.
Acaso el
pago de la deuda con el FMI, los dos canjes de deuda, la estatización de los
fondos de las AFJP, la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central, los
cambios en el mercado de valores, la estatización de YPF, Aerolíneas
Argentinas, Aysa no han sido jalones de una confrontación que parece no tener
fin?
Frente a
esta actitud firme, imaginamos que nos hubiera pasado si este gobierno que
comenzó en 2003 no estuviera?
Alfonsín,
Binner, Scioli, Carrió, Bullrich, Macri, Duhalde y tantos otros, lo hubieran
hecho mejor? No, de ningún modo. Serían los representantes de la política de
claudicación, los voceros del supuesto "aislamiento" de la Argentina
que resolverían volviendo a las "relaciones carnales" con EE.UU., de
dar marcha atrás con el proceso de integración latinoamericano, de suprimir el
rol del Estado en la economía volviendo a la preeminencia de los mercados y el
consiguiente endeudamiento.
Y esto lo
culminarían con la "reconciliación" para terminar con esa mirada
sesgada del pasado. Hubo una "guerra" con dos bandos que amerita el
olvido, enterrar definitivamente esa horrible experiencia mediante la
aceptación de responsabilidades compartidas. Esto dirían con la complacencia de
la Iglesia y de los civiles cómplices de la tortura, la desaparición de
personas, el asesinato, el robo de bebés.
No hay que
mirar para atrás. Lo que pasó, pasó. Todos fuimos responsables, nos dirían esos
exégetas de una forzada amnistía.
La Memoria,
la Verdad y la Justicia sería definitivamente eliminada para dar paso a esa
mentirosa reconciliación que pretende encubrir los crímenes de lesa humanidad
cometidos por militares y civiles con la complicidad de la justicia, la Iglesia
y cierto periodismo.
Este
gobierno no es perfecto; adolece de defectos de los cuales nos hacemos cargo.
Pero nadie puede decir que no gobierna en una dirección determinada. A quien no
le guste el rumbo deberá esperar al 2015 para que un partido y un dirigente de
su gusto lo cambie.
Mientras
tanto, el modelo respaldado masivamente en 2011 debe seguir su derrotero lo que
no significa que no haya que hacer correcciones para acomodarlo según los
vaivenes de una situación internacional de crisis y muy volátil que impactó
fiero en 2012.
Pero el
timón estuvo en buenas manos que esperemos que más allá del 2015 conduzcan a la
Argentina hacia un destino más venturoso. Falta mucho por hacer, muchos cambios
que introducir, rescatar a miles de argentinos de la pobreza pero esto se hará
a partir de una política virtuosa de inclusión social, mayor producción y más
consumo.--
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