LA AVANZADA DEL PRO
CONTRA LA AUH
El senador
radical Ernesto Sanz había dicho oportunamente que la Asignación Universal por
Hijo, que es destinada a las familias de menores recursos, se iba por "la
canaleta de la droga y el juego" en un claro desprecio a quienes
recibirían el beneficio que, de acuerdo con su interpretación, lo utilizarían
con esos fines.
Pero ahora, el
ministro de Educación del macrismo, Esteban Bullrich embistió contra la AUH
como parte de una política de Estado.
Se trata, dijo,
de "una política del fracaso", y que la reciente decisión de la
presidenta de disponer un aumento "genera un problema para toda la sociedad".
En su lugar, propuso cambiar el beneficio por lo que denominó un "subsidio
al trabajo".
"Aumentar
la AUH es demostrar por parte del gobierno que es incapaz de resolver los
problemas de pobreza, que la única forma que tiene de resolver los problemas de
la gente no es dando trabajo y libertad con el trabajo, o mejor educación, sino
dándole más plata. La realidad es que esa más plata en algún momento genera un
problema para toda la sociedad", sostuvo Bullrich. "La AUH en sí misma
es una política del fracaso. Cuando uno tiene que ayudar desde el Estado es
porque la política de desarrollo fracasó", indicó.
En caso que el
procesado Mauricio Macri llegue a la presidencia en 2015, anticipó que dejaría
sin efecto la AUH. "Trabajaría (Macri) para transformarlo en un subsidio
al trabajo, que genere fuentes de trabajo reales, no ficticias y que vaya
realmente a una mejor educación", agregó.
Que en boca de
un funcionario del PRO se hable de pobreza, trabajo, educación parece un chiste
de mal gusto porque poco y nada hizo ese agrupamiento para resolverlos en la
ciudad más rica de la Argentina.
Bullrich es el
mismo que pidió que se denunciara a la policía a los chicos que habían tomado
escuelas el año pasado, que instaló la línea 0800 para que se informara sobre
la "intromisión política" de La Cámpora en las escuelas y que
suspendió a maestras de un colegio por haber hecho una dramatización sobre los
cierres de cursos que había dispuesto. Estas dos últimas medidas fueron
revertidas por decisión de la justicia.
Pero Bullrich
no hizo mención sobre el Programa Ciudadanía Porteña, instaurado desde el año
2005 por la gestión de Jorge Telerman, y que fue continuado, aunque no de forma
masiva, por el macrismo. Según su definición, apunta a establecer mecanismos de
"redistribución del ingreso" para evitar la reproducción de la
pobreza. "Es un programa de transferencia de ingresos a los hogares en
situación de pobreza e indigencia que residen en la Ciudad, condicionada al
cumplimiento de la asistencia escolar de los menores de 18 años y al control de
salud. Es la mujer la titular del beneficio, sea esta la jefa de hogar o la
cónyuge del jefe", sostiene el subsidio que, según cifras del Ministerio
de Desarrollo Social porteño, alcanza a poco más de 60 mil beneficiarios. No es
universal. Se deben acreditar dos años de residencia en el distrito y
"tener documentación argentina en regla". El monto promedio del
subsidio es de $ 249,44 , con un mínimo de $ 80 y un máximo de $ 800, según el
costo de la canasta básica, calculada en base al Indec. Esa cifra, según datos
del gobierno PRO y, al contrario del criterio del ministro Bullrich, se
actualiza cada tres meses.
Digamos que
este sería el primer anuncio electoral de un partido político con vistas al
2015. Debería formar parte de la plataforma del macrismo.
Bullrich se
hizo eco de demandas de muchos caceroludos que estuvieron en la plaza de Mayo
quienes objetan la AUH porque generaría una "procreación
irresponsable".
Según esta disparatada
teoría, muchas mujeres se embarazarían para cobrar la Asignación como si fueran
meras incubadoras y no personas que ansían tener un hijo para quererlo y
protegerlo, darle salud y educación.
Son
"fábricas de chicos" como alguna vez titulara un medio del Grupo
Clarín, concepto que Bullrich parece haber recogido.
En cuanto a que
la AUH es un "fracaso" basta recurrir a las cifras que indican que
creció la matrícula escolar y que aumentó el consumo de los sectores populares
que más necesitan esa ayuda del Estado.
Recordemos que
la reciben trabajadores informales, empleadas domésticas, entre otros sectores
vulnerables por lo que ese dinero que perciben mes a mes representa un ingreso
que no hay que desestimar.
Pero el
macrismo tiene una visión elitista del rol del Estado. En sintonía con el
pensamiento de una parte de la ciudadanía, el PRO alienta tener un Estado que
no tenga injerencia en la economía, que deje a su arbitrio a las fuerzas del
mercado.
Seguramente si
Macri es presidente no sólo la AUH llegaría a su fin, sino que otros logros
obtenidos en estos años pasarían a mejor vida como, por ejemplo, el Fútbol para
Todos.
La avanzada
neoliberal, la que añora los años de la dictadura y del menemismo, está
encarnada por el PRO y sus adláteres. Ya lo sabemos.--
No hay comentarios:
Publicar un comentario