jueves, 13 de septiembre de 2012

EL QUE NO LLORA, NO MAMA.

LA DOBLE VARA

Más de 3 millones de has. fueron afectadas por inundaciones ocurridas en 17 partidos de la provincia de Buenos Aires. Una verdadera catástrofe que, naturalmente, perjudica a una importante cantidad de productores cuyas economías se han de resentir.
Habrá menores cosechas, muchas cabezas de ganado mueren, se reducirá la producción láctea, las tierras se degradan. En fin, se concatenan una serie de problemas que impactan de lleno en una importante región productora bonaerense.
Los dirigentes agropecuarios, ante semejante calamidad, reclaman la asistencia del Estado vía exenciones impositivas o postergación del pago de impuestos y tasas, además de ayuda económica para afrontar tareas que reparen el daño causado por este fenómeno.
Es decir, el Estado debe acudir a socorrerlos cuando las papas queman.
Ahora el Estado es un estorbo a la hora de percibir retenciones o querer establecer revalúos fiscales que se traduzcan en mayores ingresos para las arcas públicas o establecer cupos de exportación en función de las necesidades de abastecimiento interno.
La típica doble vara. Si el Estado es tan molesto bajo determinadas circunstancias, porqué recurrir a él cuando la situación es complicada?
Si una fábrica cierra por el motivo que sea y deja a trabajadores en la calle, cierra y se terminó. No hay ayuda estatal porque se supone que existe siempre un riesgo empresario.
En el campo, este riesgo no existe? Acaso las inundaciones y las sequías no constituyen fenómenos climáticos imposibles de eludir?
Podrán señalar los productores que el Estado no ha hecho determinada obra que, por ejemplo, atenúe los efectos de los anegamientos cuando llueve mucho y los ríos se desbordan.
Pero para hacer este tipo de obras se requieren recursos, muchas veces cuantiosos y éstos se obtienen a través de la imposición tributaria.
Que el sistema impositivo argentino es regresivo? Por cierto. Qué es necesario realizar una reforma que lo torne progresivo? De acuerdo.
Seguramente llegará ese momento.
Mientras tanto, el Estado no puede ser bueno cuando lo necesito y malo cuando quiere establecer una mayor equidad tributaria.
Llama entonces la atención esta doble vara.

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