REVISTA
"NOTICIAS":
LA CLOACA MEDIÁTICA
LA CLOACA MEDIÁTICA
La
última tapa de la revista "Noticias" fue titulada "El goce de Cristina"
y se ve un dibujo de la presidenta con un gesto de satisfacción sexual.
Produce asco y repulsión porque el agravio inferido a esa mujer que además es la jefa del Estado resulta incalificable.
Constituye un acto ofensivo que, además, humilla a todas las mujeres en momentos en que la sociedad reivindica la igualdad de género.
Acaso Fontevecchia, Zunino y sus adláteres no tienen en cuenta que Cristina tiene familia, hijos, madre, hermana y por lo tanto, no merece ese ultraje. Esa portada encubre una violencia mediática ya que pone a la mujer sólo como objeto de goce. No hay atributos personales que destacar; nada que la convierta en una persona humana.
Esos individuos exhiben su impotencia frente al poder que ejerce la presidenta; la atacan porque su capacidad oratoria, su empuje, sus notables dotes de estadista, porque es femenina y no lo oculta. Esto les genera odio desde esa mirada machista según la cual la mujer está para ser gozada, disfrutada. Nada más.
No tienen madre, hermanas, esposas, hijas? Aceptarían que ellas pudieran ser caricaturizadas de un modo tan despreciable? Seguramente pondrían el grito en el cielo y correrían presurosos a hacer presentaciones a la justicia. O tal vez no, porque su misoginia los supera, no les permite establecer el límite entre el buen gusto y el oprobio.
Cuando el procesado Mauricio Macri fue objeto de una dramatización en una escuela lo primero que hizo fue separar del cargo a los maestros.
Así se presenta este sujeto que habla de la tolerancia, de evitar la confrontación. Es un intolerante, más allá de su esfuerzo por presentarse casi como un ser celestial.
Acaso la presidenta no tendría el mismo derecho ante la ofensa inferida? Pero es respetuosa de la libertad de expresión, la misma que estos profetas del odio repudian con publicaciones como esa.
Seguramente han habido hombres y mujeres que recibieron con regocijo la nota de esa cloaca mediática; están satisfechos con su contenido, aplaudirán a sus autores. Son los mismos que se regocijan con las referencias que hacen algunos "intelectuales" y periodistas "independientes" en el sentido de que este gobierno se parece a la dictadura o los movimientos sociales son como las juventudes hitlerianas.
Al fin de cuentas, Cristina se lo merece, dirán. Mirá como se pinta, la ropa que usa, como gesticula cuando habla, como se mueve. Está provocando y lo que hacen esos "periodistas" es descubrir el lado sensual de ella, argumentarán.
Hay en la Argentina absoluta libertad de expresión y esto lo prueba. En todo caso hay límites éticos que no habría que sortear, que tienen que ver con el respeto elemental a la investidura presidencial.
Fontevecchia, que podríamos asimilar a un reptil por la forma en que se arrastra detrás del Grupo Clarín, carece de esa ética tan necesaria en una profesión bastardeada por corporaciones mediáticas que defienden intereses que no son sólo aquellos vinculados con el periodismo.
Confrontan con un gobierno que no está dispuesto a ceder frente a presiones inaceptables. Entonces, usan a algunos de sus mercenarios para mortificar, insultar a una mujer que sólo asume ser eso, UNA MUJER.
Acaso no fue odiada, vilipendiada la compañera Evita? No se la trataba de "bastarda" para definir su origen? No se pintó en una pared "viva el cáncer" cuando agonizaba por esa enfermedad? No se la atacaba por vestir tailleurs de Christian Dior o lucir tapados de pieles y joyas deslumbrantes?
Cristina, que no es Evita pero que es mujer como lo fue la esposa del gral. Perón, reivindica lo mejor de la causa peronista.
Los/las peronistas la queremos ver siempre bien pintada, bien peinada, con esa oratoria impecable, con sus gestos, con su buen gusto para vestir.
Queremos que siga siendo ELLA, así con mayúscula. El odio de esos lacayos en algún momento se extinguirá y solo quedará en la memoria popular una gestión virtuosa.
Pasarán los años y habrá quienes recuerden a Cristina como LA MUJER que sirvió lealmente a la Nación, ampliando derechos, enfrentando a los poderosos, no dando nunca un paso atrás.
Produce asco y repulsión porque el agravio inferido a esa mujer que además es la jefa del Estado resulta incalificable.
Constituye un acto ofensivo que, además, humilla a todas las mujeres en momentos en que la sociedad reivindica la igualdad de género.
Acaso Fontevecchia, Zunino y sus adláteres no tienen en cuenta que Cristina tiene familia, hijos, madre, hermana y por lo tanto, no merece ese ultraje. Esa portada encubre una violencia mediática ya que pone a la mujer sólo como objeto de goce. No hay atributos personales que destacar; nada que la convierta en una persona humana.
Esos individuos exhiben su impotencia frente al poder que ejerce la presidenta; la atacan porque su capacidad oratoria, su empuje, sus notables dotes de estadista, porque es femenina y no lo oculta. Esto les genera odio desde esa mirada machista según la cual la mujer está para ser gozada, disfrutada. Nada más.
No tienen madre, hermanas, esposas, hijas? Aceptarían que ellas pudieran ser caricaturizadas de un modo tan despreciable? Seguramente pondrían el grito en el cielo y correrían presurosos a hacer presentaciones a la justicia. O tal vez no, porque su misoginia los supera, no les permite establecer el límite entre el buen gusto y el oprobio.
Cuando el procesado Mauricio Macri fue objeto de una dramatización en una escuela lo primero que hizo fue separar del cargo a los maestros.
Así se presenta este sujeto que habla de la tolerancia, de evitar la confrontación. Es un intolerante, más allá de su esfuerzo por presentarse casi como un ser celestial.
Acaso la presidenta no tendría el mismo derecho ante la ofensa inferida? Pero es respetuosa de la libertad de expresión, la misma que estos profetas del odio repudian con publicaciones como esa.
Seguramente han habido hombres y mujeres que recibieron con regocijo la nota de esa cloaca mediática; están satisfechos con su contenido, aplaudirán a sus autores. Son los mismos que se regocijan con las referencias que hacen algunos "intelectuales" y periodistas "independientes" en el sentido de que este gobierno se parece a la dictadura o los movimientos sociales son como las juventudes hitlerianas.
Al fin de cuentas, Cristina se lo merece, dirán. Mirá como se pinta, la ropa que usa, como gesticula cuando habla, como se mueve. Está provocando y lo que hacen esos "periodistas" es descubrir el lado sensual de ella, argumentarán.
Hay en la Argentina absoluta libertad de expresión y esto lo prueba. En todo caso hay límites éticos que no habría que sortear, que tienen que ver con el respeto elemental a la investidura presidencial.
Fontevecchia, que podríamos asimilar a un reptil por la forma en que se arrastra detrás del Grupo Clarín, carece de esa ética tan necesaria en una profesión bastardeada por corporaciones mediáticas que defienden intereses que no son sólo aquellos vinculados con el periodismo.
Confrontan con un gobierno que no está dispuesto a ceder frente a presiones inaceptables. Entonces, usan a algunos de sus mercenarios para mortificar, insultar a una mujer que sólo asume ser eso, UNA MUJER.
Acaso no fue odiada, vilipendiada la compañera Evita? No se la trataba de "bastarda" para definir su origen? No se pintó en una pared "viva el cáncer" cuando agonizaba por esa enfermedad? No se la atacaba por vestir tailleurs de Christian Dior o lucir tapados de pieles y joyas deslumbrantes?
Cristina, que no es Evita pero que es mujer como lo fue la esposa del gral. Perón, reivindica lo mejor de la causa peronista.
Los/las peronistas la queremos ver siempre bien pintada, bien peinada, con esa oratoria impecable, con sus gestos, con su buen gusto para vestir.
Queremos que siga siendo ELLA, así con mayúscula. El odio de esos lacayos en algún momento se extinguirá y solo quedará en la memoria popular una gestión virtuosa.
Pasarán los años y habrá quienes recuerden a Cristina como LA MUJER que sirvió lealmente a la Nación, ampliando derechos, enfrentando a los poderosos, no dando nunca un paso atrás.
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